Desde que +Aida Hernandez y +Marcela López empezaron a hablar de los #JuevesBlogueros me dañaron mi viaje bloguero de escribir cuando me diera la gana. Ellas son las culpables de que cada jueves piense en que no he escrito nada, y la verdad es que hace meses no escribía nada. Soy de las que escribo cuando hay un tema que no me deja tranquila y quisiera, más que conversarlo, extenderme en el uso del computador.
Para no escribir, me excuso en mi falta de tiempo, mis ocupaciones de esposa, madre, asesora, consultora, hija de mi mamá, hermana, amiga, todera, miembro de la asociación de padres del colegio de Santy, cambambera para todo lo que inventen! y mantener un blog al día, es definitivamente de disciplina, característica que me hace falta cuando se trata de escribir.
Me gusta escribir, pero no me llega la inspiración a toda hora, por eso culpo a Aida y a Marcela, ellas son esa voz en mi interior que me dice que hace meses no escribo, que no he revisado mi blog, que no lo promociono, etc. etc. Por eso hoy jueves, en medio de miles de cosas pendientes, estoy aquí sentada escribiendo sobre mi "falta de escribir" en el blog.
Creo que es hora de recapitular. La práctica de escribir en un blog debiera tratarse, no sólo como la disciplina de "mantener el contrato virtual de lectura que tenemos con los seguidores" como bien lo dijo +Tatiana Velásquez en el II #SocialMediaBaq sino también de exponer aquello en lo que muchos podrían estar interesados, compartir ideas y conceptos y esperar a que sean retroalimentadas por los lectores.
Esa interacción virtual es maravillosa, podemos conversar con personas de cualquier lugar del mundo, compartir conceptos con ellos y recibir sus observaciones, empezamos a vivir realmente en la aldea global de Marshall McLuhan.
En este blog escribo lo que quiero y cuando quiero, sobre cualquier tema: personal o empresarial, nada me obliga, ni aún su nombre, a escribir sólo de temas profesionales, en lo que si preciso hacer un acto de contrición es en el de mantener una cuota mensual de entradas.
La tarea del verdadero blogger es mantener a sus seguidores interesados, con una lectura diaria, con temas de interés, promover su lectura, mantenerse en el tiempo, investigar, etc. Es entonces cuando entiendo a a la luz de este análisis, que, no soy una bloguera, más bien soy una aprendiz de escritora, sin disciplina, con solo el gusto y ¡nada más!
Solo le pido a Dios que me de la disciplina de Aida, la constancia de Marcela, la investigación de Tatiana, en fin, un poco de cada cosa, a ver si me gradúo en el arte de mantener un blog.
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